martes, junio 20, 2006

Concierto de PAL y Remate (Granada 10/06/2006)

Músicas del limbo

El sello independiente Limbo Starr tiene una nómina de artistas tan reducida como selecta. Si Nacho Vegas y Maga disfrutan (y a Dios gracias) del mecenazgo del ‘indie’ estatal, el solista Remate y el grupo PAL están en ese punto sufrido de la marginalidad estilística: son refractarios y no anuncian buenas nuevas. Algo que, al parecer, no casa mucho con estos tiempos de apadrinamientos radiales y tendencias monocromas.

Tanto Remate como PAL venían a Granada directamente desde el estudio-vivienda que tiene en El Puerto de Santa María Paco Loco, que es probablemente el hombre con menos días de vacaciones de este país. La sintonía entre ambos, pese a lo diferente de sus músicas, hace que el primero complete su mini banda con instrumentistas de PAL y que éstos recurran al barbudo para “rematar” sus ‘Canciones hacia el fin de una especie’.

Remate es un cantante, guitarrista y pianista que, con un perfecto inglés, cuenta historias poco agradables en las que pasea la sordidez y los tabúes del junco de la vida. Y para hacerlo adopta las maneras propias del blues y del country: ha reconocido que de mayor quiere ser como Johnny Cash. También le debe ayudar su refinada formación por tierras galesas y norteamericanas, con magisterios como los de Elvis Costello o John Cale.

Se dejó en casa la guitarra acústica, omnipresente en sus, por momentos, almibaradas grabaciones, que siempre dan ‘profundidad de campo’ para otros efectos sensoriales. Con la eléctrica redujo el éter de sus discos a un sonido tosco y recrudecido, que embelesó con inquietas secuencias de acordes y que a uno le recordaba a ese dúo explosivo de Ohio llamado The Black Keys.

Por su parte, PAL no ayudan a arrancar una sonrisa, aunque tampoco lo pretenden. Su discurso gira conceptualmente en torno al masoquismo de la humanidad, lo que se ha convertido en el denominador común de una pléyade española en la que también están Manta Ray y El Columpio Asesino. Son nuestros roqueros más pretenciosos, pero también los que están presentando los artefactos más valientes e inteligentes.

En su directo lo que hay es mucho ruido, prolongados arpegios subyacentes y una batería de gran expresionismo. Y es que la escuela alemana de Can y Neu! sigue siendo una fuente inagotable de ideas y modernidad. Más allá de la canción ripiosa: Remate y PAL desde el limbo.

Eduardo Tébar

jueves, junio 15, 2006

Andrés Calamaro en el Palacio de Congresos: alma de argentino y de cantor (Granada 14/06/2006)

Andrés Calamaro estrenó en el Palacio de Congresos de Granada los tangos de ‘Tinta roja’, el disco con el que da su última pirueta artística. Los fieles (los que tuvieron dinero suficiente, se entiende) no perdieron la oportunidad de ovacionar al nombre más laureado de la mitología roquera hispana del último decenio.

No le faltó arropo en el kilómetro cero de este nuevo rumbo, en el que Calamaro canta ‘a pelo’ y al son de un quinteto de incalculables posibilidades. Y es que, superado el empacho de ‘El salmón’ (2000), el argentino camina con pasos cada vez más firmes por la canción popular latina, un terreno que le es congénito.

Poco a poco se ha ido reconciliando con la vida terrenal, y ahora experimenta los síntomas del elixir de la ilusión. Si es cuestión de renovarse o morir, aquí tenemos un ejemplo de lo primero llevado a la práctica con el corazón. Porque su apuesta consiste en emocionar, y no hay manifiestos sentimentales tan armoniosamente profundos y elaborados como los que retienen los legados de Carlos Gardel, Aníbal Troilo o Enrique Cadícamo.

La fórmula de los textos sublimes funciona con la tímbrica de Calamaro, que siempre suena a verdad arrabalera. Además, es de agradecer el esfuerzo del cantante cuando focaliza todo su ímpetu en el arrastre de sus cuerdas vocales. En ese sentido, Granada fue un examen para él. Aunque no deja de extrañar ver a ‘Andrelo’ sentado y sin tocar un instrumento durante todo un recital.

Pero tan enjundioso cancionero no sería igual sin el grupo de ‘all stars’ que graban y viajan con el ex Los Rodríguez. En especial por Niño Josele, que es la alfombra musical básica con su guitarra flamenca adaptada al Río de la Plata. José Reinoso, el uruguayo, imprime un pulso ‘jazzístico’ lleno de colorido y reverberaciones criollas. Alain Pérez se apodera de los crescendos con su bajo eléctrico, tal y como sella su presencia en ‘El cantante’ (2004). Y la armónica de Antonio Serrano culebrea melodiosa y virtuosamente como si de un Toots Thielemans de las Américas se tratase: puro frenesí.

Lo cierto es que las que agitan el gallinero son ‘Estadio Azteca’, ‘La libertad’ o ‘Las oportunidades’. Es decir, las más... “suyas”. Pero puede que Calamaro pase a la historia (otra vez) por este ejercicio austero, grande, natural y universal. Porque su osadía deviene en taumaturgia bonaerense.

Eduardo Tébar

lunes, junio 12, 2006

Concierto de French Toast (Granada 11/06/2006)

Es una banda de Estados Unidos cuyo paso por Granada anoche no olvidarán fácilmente. Cuando sólo habían tocado un par de canciones, se fue la luz en la sala Sugarpop y, continuamente y sin dejar de tocar, improvisaron una sesión de batería y percusión hasta que la electricidad volviera.

La gente no paró de bailar y animarles durante la media hora aproximada que estuvieron aporreando. Aquello pasó de ser un concierto de rock a convertirse en una especie de ritual africano. Finalmente, la luz no vino y el concierto (en el que sólo llegaron a tocar un par de canciones) fue suspendido.

Lo más admirable es que no se descolocaron en ningún momento. Intentaron divertir al personal a oscuras como podían. Aunque accidentadamente, salieron del recinto como toreros.

French Toast son de Washington y han compartido cartel con gente como Red Hot Chili Peppers o Queens of the Stone Age. Ya me gustaría verlos en un tinglado así.

Por cierto, por lo poco que lucieron su repertorio, me encantaron.

Eduardo Tébar