sábado, noviembre 24, 2007

Concierto de Jean Michel Jarre en los cines – 30 años de Oxygène.

Con motivo del trigésimo aniversario de la publicación del álbum Oxygène de Jean Michel Jarre y a sabiendas de que este es un blog donde todo tipo de música tiene cabida, me atrevo a comentar brevemente la proyección del concierto del día 21 en los cines CINESA Diagonal de la ciudad condal.

Para los que no lo conozcan Jean Michel Jarre es, por decirlo rápidamente, un señor francés, hijo del multigalardonado Maurice Jarre (el de la banda sonora de Lawrence de Arabia, entre muchas otras) que se dedica a reunir periódicamente a más de 1.500.000 personas tirando a lo bajo en lugares tan característicos como Paris, Lyon, Houston, las pirámides de Egipto, etc, etc, envolviéndolos con su música electrónica y con un juego de luces, láseres y demás artificios que dejan en pañales a cualquier otro.

A pesar de lo anterior, y de la evolución (algunos dirán involución) hacia lo digital, y teniendo en cuenta la tendencia tecno que tienen algunos de sus últimos trabajos (que, personalmente, no acabo de aceptar demasiado), cabe decir que el señor Jarre ha hecho esta vez un giro de 180º y se ha dedicado a desempolvar los viejos instrumentos analógicos de sus primeros discos.

El concierto, vendido de antemano como una retransmisión de alguno de los 10 que tiene previsto para este mes de diciembre en el Théâtre Marigni de París, no fue más que una retransmisión de un DVD que sale a la venta este 4 de diciembre (al principio, el 26 de Noviembre, pero eso sólo pasará en Francia). Es por ello que, aunque pareciera que iba a ser ‘en directo’, realmente resultó un poco frustrante encontrarse ante la pantalla de un cine, con unas 60 personas, y que apareciera el menú de un reproductor de DVD, como si estuviéramos en el salón de casa…algunas risas se oyeron por lo bajo.

Dicho DVD sale a la venta además en una versión 3D, que lo que permitirá es, con las típicas gafas de colores, situar al Jarre tocando Oxygène: Live in your room (que es como se ha dado a llamar al concierto) pues eso, como si estuviera en tu salón. Lo bonito del caso es que, si eres el afortunado poseedor de una pantalla Philips WOWvx 3D, ese efecto 3D no hace falta visualizarlo con las dichosas gafitas. En fin, una pijería más que lo que hace es que salga otra versión del concierto y otra versión de CD/DVD. Las majors mandan, vamos si mandan…(3 versiones para un mismo concierto, es un pelín bestia…)

Pasemos ahora al concierto. Lo primero que sorprende es que no hay, o al menos, no se ve, al público, con lo cual se apoya más la idea de que esto está hecho para promocionar los conciertos y la venta del DVD. Durante un momento se aprecia a un cámara medio escondido, pero es el único elemento ‘externo’ que se aprecia en la grabación. Otra cosa que sorprende: la austeridad. No hay artificios salvo una pantalla de video retroproyectado tamaño ‘normal’ en la que se proyectan imágenes 3D bastante cutrecillas y que raramente se sincronizan con la música y una iluminación a base de lámparas de pie que resulta bastante propia de una jam session de las de antes.

Luego están los instrumentos, que son una delicia analógica y, entre los cuales hay Moogs, Fairlights, Theremin, etc, etc, y que son tocados por el propio Jarre, en primer plano, o sea delante, y por Francis Rimbert, Claude Samard y Dominique Terrier, que están ubicados en sus respectivas ‘islas’ de teclados más atrás y en fila.

En cuanto a la calidad del sonido, la del DVD parece ser que es la bomba en 5.1 y demás florituras, pero cabe decir que la del cine era un poco desastre: conocidos efectos rudimentarios ahora, pero espectaculares en su época, y que se basaban en algo tan simple como el cambio de canales de stéreo, eran obviados en el cine, con lo que más de un suspiro se oyó en la sala. Eso, y los chasquidos que se daban en algún altavoz cuando los sonidos emitidos estaban un poco saturados.

La calidad del video, pues más de lo mismo: impactante el hecho de poderle ver casi las cicatrices al amigo Jarre y a sus compañeros/súbditos (puesto que queda claro que la star es él y que los demás están sólo de apoyo; si Jarre tuviera 8 brazos no estarían por allí), aunque cabe decir que el tema de los enfoques en primer plano de una mano que no se mueve, dejando la que está tocando la melodía en ‘borroso’ atrás, no apoyan demasiado el uso de cualquier cámara super digital de ultimísima generación. Por otro lado, el uso indiscriminado de la setady cam, que da la sensación de estar entre los músicos hace que, por una parte, la imagen tiemble como una mala cosa y que, a veces, los propios elementos del escenario impidan, por estar en el campo de visión, ver qué demonios toca y como lo toca tal o cual músico.

En fin, como resumen, y dejando aparte que los músicos pierden el compás más de una vez y que, incluso, alguno de ellos las pasa verdaderamente p… para seguir al amigo Jarre, reconozco que debe ser bastante difícil tocar un concierto de una horita, en la que se mezclan los antiguos temas de Oxygène con un par de Variations nuevos, sin perderse ni una sola vez y más aún teniendo en cuenta las dificultades técnicas de algunos instrumentos, con cables conectados a LFO’s, potenciómetros, lucecitas y hasta un sinfín de botoncitos de colores.

Sí es un lujo ver que Jarre sigue ahí, que no olvida sus orígenes y que es capaz de montar semejante tinglado para tocar un disco que, hoy día, se podría tocar con el software de cualquier portátil en la habitación de tu casa, pero es que eso no impide opinar que, de haberlo preparado un poco mejor, el resultado del concierto hubiera sido de verdad mucho más espectacular. Espero sinceramente que, en los conciertos de diciembre, ya con público presente en la sala, parezca de verdad algo más coherente y no un ‘ensayo general’, que es la impresión final con la que salí del cine. Con eso, y con la esperanza de que la experiencia se repita para otros discos posteriores y aún más elaborados (Magnetic Fields, Equinoxe, etc…).

Saludos y hasta otra.

El Incal Negro